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lunes, 26 de octubre de 2009

Terraza Jardín

Atico De Biestegui. Le Corbusier (1930) 






























Estos son jardines abstractos, ajenos a la sugestión naturalista o a la analogía pictórica, donde la arquitectura se hace cargo de todos los efectos. En ellos Le Corbusier volvía a examinar los conceptos básicos de estancia, recorrido, visión y relación con la naturaleza. El jardín ahueca el volumen puro de la casa o la corona con  formas más libres, que siguen siendo tectónicas.

Este es el caso del ático De Beistegui, situado en el número 136 de los Campos Elíseos (1930), donde un espacio cerrado, a cielo abierto, se convierte en un belvedere sobre París. El conjunto comprendía tres ambitos: uno en el piso inferior, una terraza que rodea el apartamento, con ornamentos topiarios; otro en cubierta, con dos niveles, cerrado por muros vegetales; y el tercero, que era el solárium. Al salir a la cubierta, un sendero de losas indicaba entre la hierba el recorrido con giros de 90°; a ras de suelo, unos lucernarios producían el efecto del agua en pequeños estanques; unas gradas subían al segundo nivel, con un ciprés situado a la izquierda. Los altos setos no dejaban ver la ciudad, pero los del fondo eran tres bastidores que podían correrse con un mecanismo eléctrico, mostrando selectivamente panoramas de la torre Eiffel, la catedral de Notre-Dame o la básilica del Sacre-Coeur. El ciprés señalaba un giro: junto a un cilindro de planta ovoide, una escalera accedía al solárium. Con suelo de césped y muros blancos hasta la altura de la vista; una chimenea de estilo Luis XV, adosada a uno de ellos, duplicaba la figura del Arco del Triunfo que asomaba por encima. Este juego de múltiple descontextualización era congruente con un espacio deslocalizado, suspendido en el aire, cuya fingida clausura rompía un periscopio, que proyectaba imágenes urbanas en una cámara oscura.

La arquitectura de los jardines: de la antigüedad hasta el siglo XX. Francesco Fariello (1967)
El jardín en la arquitectura del siglo XX. Darío Alvarez Alvarez (2007)

M11 - representación

Red Books.  Humphry Repton 
Superposición + "Antes y Después"











viernes, 25 de septiembre de 2009

Web Site







viernes, 11 de septiembre de 2009

M10 - representación

Los signos del agua en la ciudad 




Water and architecture. Charles W. Moore (1994)















M9 - observadores

Toxic Forest. Barbara y Zafer Baran 





































From Garden of Earthly Delights, Anne-Marie Eze, 2005

The distinguishing characteristics of parks are generally their ornamental layout, enclosure in a town or attachment to a country house, as well as their use for public or private recreation. It might seem pedantic to point out such semantic niceties but language used often implies an individual’s intentions or betrays their perceptions. In this case, the Barans’ choice of title assumes particular significance when one considers the fact that the word ‘forest’ is cognate with ‘foreign’ since they are both derived from foris, the Latin for ‘out of doors’. The presence of a foreign body in parkland inspired the series and perhaps is the reason for the transformation of the actual park into the imagined forest of its title.

The Barans live in the proximity of Richmond Park, the largest of London’s Royal Parks, and have been visiting it for many years. Toxic Forest stemmed from their interest in and subsequent familiarity with a species of rhododendron that they encountered while walking in the park’s plantations. The Rhododendron ponticum is a tall shrub native to South-East Europe and Western Asia that was introduced to Britain in the nineteenth century by explorers carrying home exotic plants with which to enliven the English country garden. A shrub that grows well in the shade and on almost any type of soil – quickly producing a verdant screen suitable for game cover and clusters of pretty flowers in the spring – it easily beguiled these plant collectors. Having been the darling of ornamental planting in the Victorian era, it eventually took its captor captive and earned the reputation for being the gardeners’ best friend but foresters’ worst enemy.

Today the Rhododendron ponticum is considered by many to be a weed, the attributes for which it was originally prized having proved noxious to British flora and fauna. Its capacity to adapt to most soil conditions, aided by its ability to regenerate both vegetatively and by seed dispersal, has enabled it to spread from country estates and invade large areas of the British countryside. The cover provided by its dense canopy literally puts native plants in the shade, inhibiting their growth. Once shed, its leaves, which are also toxic and unpalatable to herbivores, create an acidic mulch that increases the inhospitableness of the ground for competing plants. The nectar from its flowers produces a honey that, if ingested by humans, causes ‘Mad Honey Disease’. Fortunately for Zafer’s father, whom curiosity once dared to taste the plant’s sweet poison, the intoxication tends to last for less than twenty-four hours, inducing symptoms such as vomiting, excessive perspiration, dizziness, shock and low blood pressure – but rarely fatalities.


jueves, 10 de septiembre de 2009

M8 - proyectos

Ciudad asilvestrada 


High Line,  New York. James Corner - Field Operations


Hide Line en a+t

M7

Análisis inventivo. Bernard Lassus

El análisis inventivo consiste en superar la ignorancia inicial respecto a un lugar; en combatir el sentimiento de ausencia de conocimientos o de su acumulación desordenada, a fin de apróximarse al espacio en su singularidad.
  • Primero debe tormarse una actitud de "atención flotante", para impregnarse...
  • Parar ello, deben hacerse largas visitas al lugar y sus alrededores, a distintas horas y en todas las épocas, con el fin de empaparse de él de pies a cabeza, casi hasta el aburrimiento.
  • Frecuentar el lugar no quiere decir estar allí, ávido de aprenderlo, sino vivir algunos momentos gracias a él y con él: en sus sombras y en sus luces, leer allí, charlar allí.
  • Después, deben buscarse los puntos de vista privilegiados,
  • descubrir los micropaisajes
  • y las perspectivas que los unen,
  • localizar y comprobar las "escalas visuales y táctiles" que ofrece
  • y, en paralelo consultar su "memoria", los nombres de los lugares, cuentos y leyendas locales asociados a él, indagar en sus historias, en la historia.
  • Analizar lo existente es también descubrir en el uso de los lugares lo que se oculta tras el desgaste cotidiano y está a punto de desaparecer...
  • Después, puede tirarse de los hilos descubiertos, ir a ver a aquellas personas portadoras de información valiosa, consultar a algún especialista - por ejemplo un musico, un ecologista, un técnico acustico o un ingeniero hidráulico- e ir con ellos al lugar, pero por separado, para que no se influyan mutuamente.
  • Debemos asimismo hacer visibles las huellas de las prácticas todavía no identificadas o, dicho de otro modo, hacer evidente la cara no visible de lo visible...
Por medio de estos tanteos, mas o menos repetitivos y siempre circunstanciales, se incia intutitivamente la la formación de la hipotesis tacita de un nuevo estudio o investigación sobre un lugar...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

M6 - situaciones

Afuera