Immanuel Kant
En toda vivencia hay la vivencia misma que es inmanente al yo, y hay el objeto de la vivencia que es trascendente al yo (M. García Morente)
Friedrich Schelling
En el arte y en la reflexión filosófica hay "un saber que no comporta demostraciones, conclusiones ni mediación de conceptos generales"
Friedrich Hegel
"Cuanto más progrese la cultura, cuanto más diversificado sea el desarrollo de las manifestaciones de la vida… más insignificantes serán los esfuerzos de la vida por renacer en la armonía"
Friedrich Holderlin
Hacer poesía: "Esta tarea, entre todas la más inocente"
"Para este fin se dio al Hombre el más peligroso de los bienes: el lenguaje, para que de testimonio de lo que él es"
"Muchas cosas ha experimentado el Hombre;
A muchas celestiales ha dado nombre Desde que somos palabra-en-dialogo Y podemos los unos oír a los otros"
"Ponen los poetas el fundamento de lo permanente"
"Lleno de meritos está el hombre; más no por ellos sino por la Poesía hace de esta tierra su morada"
Wolfgang von Goethe
El conocimiento de un fenómeno natural es el resultado de todas las experiencias y ensayos del investigador. El fenómeno entonces no puede ser nunca aislado y determinado objetivamente, sino que se muestra en una serie continua de manifestaciones, apariencias.
Walter Benjamin
El arte, incluso la poesía se basa en la naturaleza lingüística de las cosas, impronunciable, muda, sin nombre por si mismas aun cuando ellas aparecen en su más en su más consumada belleza.
Hay un cuadro de Klee que se llama Ángelus Novus. En él se ve un Ángel, que parece alejarse de algo que mira fijamente con espanto. Sus ojos están desorbitados, su boca abierta y las alas desplegadas. El ángel de la historia debe tener este aspecto. Tiene el rostro vuelto hacia el pasado. Donde ante nosotros aparece una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que amontona incesantemente ruina sobre ruina y las arroja a sus pies. El quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destrozado. Pero desde el paraiso sopla una tormenta, que se enreda en sus alas y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra imparablemente hacia el porvenir, al que da la espalda, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hacia el cielo. Lo que llamamos progreso es esa tempestad.
Sobre el concepto de historia, IX. Walter Benajamin